2 dic 2009

  
Bolaño, Roberto, Amuleto, Barcelona, Anagrama, 1999.
  
México, septiembre de 1968. La policía toma la Facultad de Filosofía y Letras. Allí estaba una mujer uruguaya, Auxilio Lacouture. Para ser precisos, Auxilio estaba en el baño de mujeres de la cuarta planta de la facultad. Sentada en el inodoro, con la falda recogida, leía unos poemas de Pedro Garfias. Cuando comprendió lo que sucedía afuera, se dijo: “Auxilio Lacouture, ciudadana del Uruguay, latinoamericana, poeta y viajera, resiste.” Y eso fue lo que hizo Auxilio: resistir. ¿Cuánto tiempo estuvo recluida allí dentro, sin comer? Varios días, probablemente más de diez. Pero el cálculo es inútil. El trayecto del reflejo de la luna sobre las baldosas del baño marca el transcurso de un tiempo. La conciencia de Auxilio está adherida a ese tiempo, a ese lugar. La facultad recuperará su autonomía, Auxilio volverá a recorrer las callas del D. F., los bares donde se reúnen jóvenes poetas de México y de otras partes de Latinoamérica. Sin embargo, todo aquello que después podría parecernos un retorno a aquel momento, a septiembre del 68, al baño de mujeres de la cuarta planta de la facultad, puede que no sea más que una ilusión. Quizá Auxilio jamás haya podido salir verdaderamente de aquel baño. Lo cierto es que no puede afirmarse lo primero ni lo segundo: “(...) el tiempo o no se detiene nunca o está detenido desde siempre (...)”. Para Auxilio, que está sujeta a estas dos temporalidades, el tiempo no se detiene nunca y está detenido desde siempre.
   
Roberto Bolaño nació en Chile, en 1953. Vivió un tiempo en México, recorrió algunos países de Latinoamérica, viajó por África y Europa. Finalmente se estableció en España. La situación económica de Roberto Bolaño era acuciante. Se desempeñó en muchos oficios. Trabajó como cocinero, lavacopas, camarero, mayordomo. La mayor parte de su obra fue escrita bajo la amenaza de una insuficiencia hepática que terminó con su vida en 2003. En 1998 ganó el “Premio Rómulo Gallegos” con su novela Los detectives salvajes. Desde entonces, su obra ha generado gran interés en un público cada vez más amplio.

3 comentarios:

  1. Qué redondo quedó el post. Me dieron ganas de leer la novela.

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  2. me parece bárbara la idea de este blog.. tengo montones de libros con marquitas, especialmente de esas cosas que surgen a partir de lo leído, pensamientos que sólo aparecen en ese momento y que después se nos olvidan... a menos que recurramos a las marcas!!

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